El país, que alberga el 5% de la biodiversidad mundial conocida, mantiene desde hace tiempo un compromiso de conservación, con el 26% de su territorio bajo protección nacional. Aunque alberga la impresionante cifra de 28 parques nacionales y 8 reservas biológicas, quienes deseen viajar a la nación centroamericana pueden empezar por explorar uno de los cinco parques nacionales más visitados del país:
1. Parque Nacional Manuel Antonio (Visitantes anuales: 360.176)
Situado en la costa pacífica del país, el Parque Nacional Manuel Antonio atrae a los viajeros por sus hermosas playas y su litoral tropical. La zona se caracteriza por su densa vegetación, que se derrama sobre la arena limpia de las playas, ofreciendo un baño rejuvenecedor a los visitantes. Con temperaturas anuales que rondan los 70 grados, las playas de Manuel Antonio son una agradable parada durante todo el año. Otro gran atractivo de Manuel Antonio es su selva tropical, hogar de varias especies únicas de flora y fauna. De hecho, Manuel Antonio es el lugar perfecto para encontrarse con monos cariblancos y monos ardilla, así como con una gran variedad de aves y perezosos. Iguanas, pelícanos, ranas, mariposas y cangrejos son sólo algunas criaturas más que se pueden apreciar durante una visita a sus rutas de senderismo.
Debido a la delicada biodiversidad que habita en Manuel Antonio, se aplican estrictamente varias medidas y directrices para ayudar a proteger y conservar la zona, como la prohibición de la pesca de orilla y deportiva y la observación de tortugas en la playa de El Rey, entre otras.
2. Parque Nacional Volcán Poás (Visitantes anuales: 339.542)
Situado a 30 minutos de San José, en la provincia de Alajuela, el Poás (que se eleva hasta los 2.500 metros) es uno de los volcanes más grandes y activos del país y ofrece a los visitantes unas vistas impresionantes. El volcán contiene una de las lagunas más ácidas de la Tierra, la Laguna Caliente, que a menudo cambia de color en cuestión de horas, pasando del esmeralda al blanco grisáceo. Uno de los cráteres inactivos del volcán se ha transformado en la Laguna Botos, de agua fría y color jade, rodeada de un impresionante bosque nuboso.
La zona silvestre protegida del parque oscila entre los 4.000 y los 8.860 pies sobre el nivel del mar, en su punto más alto. Sus 16.000 acres protegen varias especies de flora y fauna, así como un importante recurso hídrico. Los viajeros que visitan Poás pueden disfrutar del avistamiento de 79 especies de aves identificadas dentro de la zona protegida, como el quetzal, el tucán esmeralda, la pava negra, el gorrión, el colibrí y el petirrojo. En el parque hay pocos mamíferos de gran tamaño, pero sí criaturas más pequeñas y menos llamativas, como marmotas, coyotes, conejos, ardillas, serpientes, ranas y una plétora de insectos.
También se encuentran en el parque especies de plantas uni que como la "Sombrilla del pobre". Esta planta, que sólo crece en climas húmedos como el del Parque Nacional de Poás, tiene hojas que crecen en círculo con un diámetro de hasta dos metros. Es el lugar perfecto para conseguir un poco de sombra rápida o tomarse un selfie rodeado de naturaleza.
3. Parque Nacional Volcán Irazú (Visitantes anuales: 139.862)
A una hora y media en coche de San José, en la provincia de Cartago, se encuentra el volcán Irazú, el más alto del país, con 3.000 metros de altura, situado en el Parque Nacional Irazú. El volcán tiene varios cráteres, dos de los cuales son sus principales atracciones. El mayor de los dos se adentra 900 pies de profundidad, mientras el vapor se eleva por los aires ofreciendo a los visitantes de los miradores cercanos un espectáculo asombroso. El cráter más pequeño, el Diego de la Haya, se hunde unos 90 metros.
El paisaje del Parque Nacional Volcán Irazú florece en 5.705 hectáreas de inmaculado bosque de montaña, compuesto principalmente de bosque primario, secundario y nuboso. En la cima, los viajeros pueden disfrutar de unas vistas impresionantes de los océanos Atlántico y Pacífico en un día despejado. Aunque la vida salvaje suele ser difícil de ver debido a la constante actividad volcánica, muchos animales pequeños tienen su hogar en el perímetro del parque, como coyotes, ardillas, conejos, búhos y pájaros carpinteros.
4. Parque Nacional Marino Ballena (Visitantes anuales: 143.861)
Llamado así por las ballenas jorobadas que migran al parque a mediados de julio y en octubre, y de nuevo de diciembre a marzo, el Parque Nacional Marino Ballena está situado en la costa del Pacífico Sur, al pie de la comunidad de Uvita - Bahía Ballena, en la provincia de Puntarenas, Osa, Costa Rica. Creado en 1990, el de Marino Ballena es uno de los parques nacionales más recientes del país y está comprometido con la conservación de los ricos ecosistemas marinos que se encuentran dentro de sus límites. De hecho, el parque contiene algunas de las mayores formaciones coralinas del Pacífico centroamericano.
Una de las mayores atracciones del parque es "El paso de Moisés". Este fenómeno se produce con la marea baja, cuando el agua baja tanto que crea un pasadizo como el de la historia bíblica. Durante años, científicos y visitantes han quedado cautivados por este espectáculo único.
En el extremo norte del parque se encuentra Uvita, una pequeña comunidad con hermosas playas y aguas de un azul increíblemente claro. Playa Uvita es un buen lugar para montar a caballo, nadar o simplemente pasear por su playa de arena. La playa se encuentra en la zona protegida del parque y la pesca de la vida marina está estrictamente prohibida. El snorkel y el submarinismo son actividades favoritas, así como las visitas a los manglares donde se reúnen iguanas marinas verdes y tortugas golfina y carey.
5. Parque Nacional Tortuguero (Visitantes anuales: 57.658)
El Parque Nacional Tortuguero está situado en la provincia costarricense de Limón. Creado para proteger a las tortugas baula, carey, cahuama, verde y lora, en peligro de extinción, que desovan en la costa caribeña del país de julio a octubre, el parque es uno de los lugares de conservación más importantes de Costa Rica. Alberga y protege 46.815 acres de hábitat natural de vida salvaje, incluidas más de 20 millas de costa en las que las tortugas desovan. Alberga 13 de las 16 especies amenazadas del país, como jaguares, tapires y monos, que dependen de la protección del parque para sobrevivir. Los visitantes también pueden avistar más de 300 especies de aves, reptiles y otros mamíferos. En la actualidad, anidan aquí cuatro especies diferentes de tortugas marinas: la tortuga verde, la carey, la boba y la laúd gigante.
La elevada pluviosidad de la zona y su rico entorno, donde el agua dulce se encuentra con el mar, hacen de las playas, canales, lagunas y humedales del parque una de las regiones con mayor biodiversidad de Costa Rica, y una experiencia verdaderamente memorable para los amantes de la naturaleza.
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