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Si uno de sus propósitos de este año era descubrir nuevos rincones de Costa Rica, esta información puede ser justo lo que está buscando.

Puede que Costa Rica solo tenga 51.100 km² de superficie, pero aún puede esconder alguna que otra sorpresa, un paraíso que aún no has visto. Si te gustan las escapadas más íntimas, o simplemente quieres llenar tu feed de Instagram con fotos que seguro impresionarán a tus amigos, tienes que echar un vistazo a estas cinco playas.

¿Te apuntas?

Una foto de una playa.

Playa Jicote, Cuajiniquil

Entre el Refugio de Vida Silvestre Junquillal y el Parque Nacional Santa Rosa se encuentra una maravilla de la naturaleza. Jicote es una pequeña playa virgen con un paisaje que le dejará sin palabras. Sus aguas cristalinas, su arena blanca y su oleaje tranquilo la hacen sentir como una piscina natural. Forma parte de Cuajiniquil y está rodeada por el Golfo de Santa Elena. A esta playa sólo se puede llegar en barco desde Cuajiniquil, y no hay demasiados operadores turísticos que hagan el recorrido hasta allí. Si decides ir, asegúrate de llevar una bolsa para empacar tu basura y no dejar rastro en esta maravilla prístina.

Una foto de una playa.

Playa Arrecife, Puerto Viejo

Limón siempre nos reserva una sorpresa, y Arrecife es una de ellas. Arrecife es como tener el océano en una piscina, como una escena de una película en una soleada isla desierta, pero sin salir de Costa Rica. Lo mejor es navegar usando Waze o Google Maps cuando intentes encontrar la playa, ya que la ruta no está bien señalizada. Una vez que llegues, tomarás un sendero que te llevará a esta increíble playa. Recuerda recoger todos tus residuos si comes algo en la playa para no dejar rastro de tu visita. Una vez que hayas visto esta playa una vez, querrás volver. Te lo prometemos.

Una foto de una playa.

Playa Punta Vargas, Cahuita

Punta Vargas se encuentra dentro del Parque Nacional Cahuita y es otro de esos lugares escondidos que hay que ver al menos una vez. La playa es de pura arena blanca bañada por aguas cristalinas. Uno de los atractivos de la zona es la caminata que tendrás que hacer para llegar a la playa, que compartirás con monos, mapaches, coatíes e incluso perezosos. A la entrada del parque hay baños, duchas, zona de aparcamiento y camping. No olvide preguntar por las excursiones de snorkel en las que podrá avistar peces y corales de vivos colores.

Una foto de una playa.

Playa Posa Colorada, Península de Nicoya.

Esta playa está muy cerca de Playa Quesera y del Refugio Nacional de Vida Silvestre Curú, así que anótala en tu lista si alguna vez estás en el vecindario y haz una visita a esta pequeña joya.
Posa Colorada es una playa diminuta y paradisíaca con agua aguamarina y arena blanca. Es el lugar perfecto para relajarse, disfrutar del sol y, naturalmente, actualizar tu instagram. El sendero a esta joya escondida no está en el mejor estado, por lo que la única forma de llegar a ella por ahora es en kayak. El trayecto desde Playa Curú dura unos 10 minutos.

Una foto de una playa.

Playa Rajadita, Guanacaste

Es hora de ir a Bahía Salinas, a una playa pequeña, de difícil acceso y prístina. Para llegar a ella, hay que entrar por el borde de Playa Rajada con la marea baja y trepar por algunas formaciones rocosas. Aunque el agua suele estar bastante tranquila, es importante tener todo esto en cuenta a la hora de planificar y asegurarse de tomar todas las precauciones y consultar cualquier información disponible a los lugareños. La carretera está sin asfaltar, pero en condiciones suficientemente buenas para acceder en vehículo desde la cercana Playa Rajada.

 

¿Ya tiene planeado su próximo picnic, puesta de sol o sesión de fotos? Ahora tiene 5 opciones más de playas poco conocidas donde disfrutar de una agradable visita con sus amigos o pareja. Recuerda seguir siempre las recomendaciones de seguridad del Ministerio de Sanidad y de cualquier lugar que visites. No te quedes mirando las fotos, ¡experiméntalo tú mismo!