EN SÓLO 19.729 MILLAS CUADRADAS, Costa Rica alberga una gran biodiversidad, una impresionante variedad de paisajes y ecosistemas (desde selva tropical a montañas y arrecifes) y algunas de las gentes más amables y felices del planeta. Es fácil encontrar experiencias únicas en Costa Rica; aquí tiene algunas para empezar.
1. Surfear dos océanos en un día
El tamaño de Costa Rica y su situación geográfica en el estrecho istmo centroamericano permiten surfear tanto en el Atlántico como en el Pacífico en el mismo día. Como las dos costas están a seis horas en coche, es posible coger la primera ola del día en la costa caribeña y luego saltar al Pacífico para una sesión al atardecer antes de cenar. El agua es deliciosamente cálida en ambos lados.
Las playas de Jacó y Hermosa suelen tener siempre buenas condiciones para el surf y son excelentes para los principiantes. Solo hay que tener en cuenta que, mientras que en la costa del Pacífico se puede surfear durante todo el año, las condiciones en la costa del Caribe tienden a ser más estacionales, con olas grandes como Salsa Brava que rompen de enero a marzo.
2. Ver cómo las carretas de bueyes se transforman en arte
Puede que la palabra "carreta de bueyes" no evoque una imagen muy glamurosa, pero la carreta costarricense no es la típica carreta; de hecho, es la artesanía más célebre del país y una Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Las carretas de bueyes costarricenses, antaño un medio para transportar granos de café, son ahora un orgulloso símbolo del patrimonio cultural del país y a menudo están pintadas con coloridos e intrincados diseños, lo que las convierte en obras de arte.
El segundo domingo de marzo, en San Antonio de Escazú, suburbio occidental de la capital, San José, se puede asistir a un desfile de carretas de bueyes exquisitamente pintadas en el espectacular festival anual del Día del Boyero. Durante todo el año, se puede contemplar la carreta de bueyes más grande del mundo en la ciudad de Sarchí, el centro artesanal más famoso de Costa Rica, a unos 50 kilómetros al noroeste de la capital.
3. Explorar la naturaleza en el país con mayor densidad de biodiversidad del mundo
Hogar de más de medio millón de especies -casi el 4% del total de especies estimadas en el mundo-, Costa Rica es uno de los mejores lugares del planeta para explorar la flora y la fauna de la naturaleza. Una cuarta parte de su superficie está protegida en parques y reservas nacionales, y estos lugares contienen una asombrosa variedad de ecosistemas, como bosque tropical húmedo, bosque tropical seco, bosque nuboso, bosque de manglares, costa atlántica y pacífica, y kilómetros y kilómetros de arrecifes marinos.
Para ver la fauna más abundante y rara, visite los parques nacionales de Corcovado, Tortuguero y Manuel Antonio. Empaque los prismáticos y las aletas; hay naturaleza para experimentar en cada rincón de este compacto país.
4. Sumergirse en aguas termales al pie de un volcán
Costa Rica forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico y alberga más de una docena de volcanes, tanto activos como inactivos. El más famoso es el Arenal, cuya belleza cónica y su antigua condición de volcán más activo del mundo dieron lugar a una próspera industria turística en sus alrededores y, posteriormente, a una serie de complejos termales de mayor o menor lujo.
El Arenal dejó de escupir en 2010 y desde entonces está inactivo, pero sigue siendo increíble contemplarlo mientras te sumerges en una piscina de aguas termales, cóctel tropical en mano.
5. Ver la danza de los diablillos
La Danza de los Diablitos, también llamada Juego de los Diablitos, es una fiesta tradicional del pueblo boruca del sur de Costa Rica que se celebra cada año en dos lugares diferentes: Del 31 de diciembre al 2 de enero en la comunidad de Boruca, y el primer fin de semana de febrero en la comunidad de Rey Curré.
El festival es una fascinante recreación de la conquista española de Costa Rica. Los boruca llevan elaborados trajes y máscaras de diablo talladas a mano, que representan a los indígenas, mientras bailan alrededor de un toro simulado, que simboliza a los españoles, y acaban derribándolo. El festival, una celebración de la identidad y la comunidad boruca, incluye música, comida tradicional y mucha chicha, una bebida fermentada a base de maíz.
6. Vislumbrando la cola de una ballena desde la Cola de Ballena
El impresionante Parque Nacional Marino Ballena, en la costa suroccidental del Pacífico costarricense, es un conocido refugio de ballenas jorobadas y alberga una formación de arena llamada Tómbolo (cola de ballena). Con la marea baja, desde el aire, esta formación única parece una cola de ballena perfecta, y los aficionados al mar pueden acercarse al banco de arena para ver una cola de ballena jorobada de verdad. El parque se encuentra entre Playa Hermosa y Playa Uvita, por lo que incluso sin ballenas en escena sus vistas serán fantásticas.
7. Ir de albergue en albergue ecológico
Costa Rica se enorgullece de ser pionera en ecoturismo y sostenibilidad, y con razón. El país alberga una gran cantidad de alojamientos ecológicos que permiten a los turistas mantener una baja huella ambiental durante su visita sin sacrificar la comodidad o, en algunos casos, el puro lujo. Desde tiendas de campaña, bungalows de playa y antiguas granjas hasta hoteles que funcionan con energía solar, existe una impresionante selección de alojamientos ecológicos en toda Costa Rica, que permiten a los visitantes "mantenerse verdes" en prácticamente cualquier parte del país.
8. Flotar por la selva tropical virgen en uno de los mejores ríos del mundo para practicar rafting.
El río Pacuare de Costa Rica es uno de los mejores recorridos de rafting del mundo. Imagínese atravesar rápidos de clase III y IV rodeado de selva virgen, flotar por un escarpado cañón cubierto de flora tropical o contemplar una cascada tras otra cayendo al río. Y además, sea cual sea su elección, el agua no estará helada.
9. Peregrinar en honor del patrón del país
Cada año, en los días que se aproximan al 2 de agosto, millones de peregrinos de toda Costa Rica, Centroamérica y el mundo viajan a pie, a caballo o, para los verdaderamente devotos, de rodillas hasta la capital colonial de Cartago. Caminan para asistir a misa en la Basílica Nuestra Señora de los Ángeles, en honor de la Virgen de los Ángeles, patrona de Costa Rica. Allí rinden pleitesía y hacen peticiones a una estatua de piedra negra de ocho pulgadas de la Virgen, llamada cariñosamente La Negrita.
Muchos peregrinos recorren sólo las 14 millas que separan la capital, San José, de Cartago, pero algunos caminan desde los lugares más recónditos de Costa Rica e incluso desde países vecinos por devoción a la santa. Además, la leyenda dice que La Negrita puede conjurar curaciones milagrosas.
10. Acercarse a un perezoso
En las zonas rurales de Costa Rica, no es raro encontrarse con un perezoso que cruza lentamente una carretera. Los buenos samaritanos pueden incluso colocar barricadas humanas para asegurarse de que el perezoso no sea atropellado.
Si no tiene tiempo de esperar en un camino rural a que cruce un perezoso, puede dirigirse al Santuario de Perezosos, en la costa sur del Caribe, a unos 30 minutos al sur de Limón. (Con Interbus, tome la ruta Limón/Cahuita/Hone Creek/Puerto Viejo y pare en Aviarios del Caribe/Santuario de Perezosos. Habrá una señal amarilla de paso de perezosos en la parada del autobús, cerca de la puerta del santuario). La organización se dedica al cuidado y la rehabilitación de perezosos rescatados y, si tiene suerte, puede que incluso llegue a ver crías de perezosos en el santuario - hay pocas cosas más monas en este mundo que las crías de perezosos.
Fuente https://matadornetwork.com/network/10-experiences-can-costa-rica/
Por: Meg Yamamoto